La estimulación mental en el trabajo disminuye el riesgo de demencia

El objetivo del estudio fue el de evaluar la asociación entre el trabajo cognitivamente estimulante y el riesgo posterior de demencia e identificar las vías proteicas para esta asociación.

la investigación incluyó a 107,896 personas, a las cuales se les hizo un seguimiento sobre el tipo de trabajo y el riesgo de demencia durante 17 años de media. 

La estimulación cognitiva se midió al inicio utilizando instrumentos de cuestionario estándar en trabajos activos versus pasivos y al inicio y a lo largo del tiempo utilizando un indicador de matriz de exposición al trabajo. Se escanearon 4,953 proteínas en muestras de plasma. El seguimiento de la demencia incidente varió entre 13,7 y 30,1 años dependiendo de la cohorte. Las personas con demencia se identificaron a través de registros de salud electrónicos vinculados y exámenes clínicos repetidos.

Se encontró que el riesgo de demencia era menor para los participantes con alta estimulación cognitiva en comparación con los de baja estimulación cognitiva en el trabajo. Esta asociación fue sólida para el ajuste adicional para la educación, los factores de riesgo de demencia en la edad adulta (tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, inactividad física, tensión laboral, obesidad, hipertensión y diabetes prevalente al inicio del estudio) y las enfermedades cardiometabólicas (diabetes, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular) antes del diagnóstico de demencia. 

En el análisis que controló para múltiples pruebas, una mayor estimulación cognitiva en el trabajo, se asoció con niveles más bajos de proteínas que inhiben la axonogénesis y la sinaptogénesis del sistema nervioso central: Homólogo 2 de hendidura 2, sulfotransferasa de carbohidratos y peptidil-glicina α-amidación monooxigenasa. Estas proteínas se asociaron con un mayor riesgo de demencia.

Se encontró que el riesgo de demencia en la vejez era menor en las personas con trabajos cognitivamente estimulantes que en aquellos con trabajos no estimulantes. Los hallazgos de que la estimulación cognitiva se asocia con niveles más bajos de proteínas plasmáticas que potencialmente inhiben la axonogénesis y la sinaptogénesis, y aumentan el riesgo de demencia podrían proporcionar pistas sobre los mecanismos biológicos subyacentes.

Fuente informativa: The bmj

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